Hoy entendemos que el uso de combustibles fósiles por parte de la humanidad está dañando gravemente nuestro medio ambiente. Los combustibles fósiles causan contaminación local en los lugares donde se producen y utilizan, y su uso continuo está causando un daño duradero al clima de todo nuestro planeta. Sin embargo, cambiar de forma significativa nuestras costumbres ha sido muy difícil.
Para hacer frente al desafío del cambio climático, debemos empezar por comprender el sistema de combustibles fósiles, es decir, cómo se produce y se utiliza la energía.
A lo largo de la historia, el uso de la energía de la humanidad se ha movido hacia formas de energía más concentradas, convenientes y flexibles. Comprender las ventajas de las fuentes de energía actuales y la historia de las transiciones pasadas puede ayudarnos a entender cómo avanzar hacia fuentes de energía bajas en carbono.
Con una mayor comprensión del desafío climático, estamos haciendo grandes progresos en el desarrollo de la tecnología que necesitamos para avanzar hacia un futuro de bajo carbono.
Los combustibles fósiles abrieron nuevas puertas para la humanidad.
El gas natural, un combustible fósil que se presenta en forma gaseosa, puede encontrarse en depósitos subterráneos por sí solo, pero a menudo está presente bajo tierra con el petróleo. El gas producido con petróleo a menudo se desperdiciaba en los primeros días de la industria petrolera, y un viejo dicho de la industria era que buscar petróleo y encontrar gas en su lugar era una forma rápida de conseguir fuego.
En tiempos más recientes, el gas natural se ha valorado por su combustión limpia y uniforme y su utilidad como materia prima para procesos industriales. Sin embargo, al estar en forma gaseosa, requiere una infraestructura específica para llegar a los clientes, y el gas natural todavía se desperdicia en zonas donde no existe esa infraestructura.
La ciencia nos dice claramente que necesitamos rehacer nuestro sistema de energía y eliminar las emisiones de CO2. Sin embargo, además de los desafíos de la ingeniería, la naturaleza del cambio climático hace que sea políticamente difícil de tratar también.
La captura de carbono es hoy en día la forma más barata de tratar las emisiones de las industrias pesadas que requieren combustión. Tiene la ventaja de que también puede capturar las emisiones de CO2 que provienen del proceso mismo, en lugar de la combustión de combustible, como ocurre en la producción de cemento cuando se calienta la piedra caliza para producir un componente de cemento con CO2 como subproducto.
Al considerar cómo la Captura de Carbono podría contribuir a la mitigación del cambio climático, debemos recordar que los combustibles fósiles no son la causa última del problema - las emisiones de CO2 sí lo son. Si mantener el uso de algunos combustibles fósiles con la captura de carbono es la forma más fácil de tratar ciertas fuentes de emisiones, eso sigue resolviendo el problema fundamental.
Minimizar el impacto del cambio climático requiere rehacer una industria multimillonaria que está en el centro de la economía y la vida de las personas. Reducir la dependencia de la humanidad de los combustibles fósiles requiere inversiones aquí y ahora que proporcionen beneficios inciertos y a largo plazo.